Las criaturas de la grieta parecen no cesar al continuar saliendo cual animales salvajes que se intentaban abalanzar a todo aquel que estuviese delante. La mirada de la cantante prodigio se mantiene por un momento en ellos, pero así como con Xayah, la brillantina los alcanza a ellos también —¡Vamos, chicos, todos juntos! —el gesto de Seraphine era de felicidad hasta el momento. Nada la parece arrancarle ese semblante risueño y jovial, el cual se magnifica al escuchar las palabras de su líder. Se desliza gracias su plataforma, de la cual acompañada de sus familiares, se acercan finalmente a Xayah. Sus brazos se abren para recibirle con un abrazo, pensando que el llamado fue precisamente para ello, una muestra de afecto tan genuina como la felicidad y efusividad que desborda en la joven guardiana

—¡Qué feliz me hace saber que poco a poco intentas integrarte más, Xayah! —pecaba de inocencia, posiblemente de estupidez a ojos ajenos. Entre tanto embrollo, Soprano y Tenor se [...]