Se acerco gusto para atenderle, moviendo su esponjosa cola sin poder evitarlo-No te apures... en realidad ese lado salvaje tuyo me agrada bastante...- Saco una jícara con agua mágica o eso al menos parecía ser -Jajaja mucha gente te contradeciría pero esta bien... me gusta ser amable contigo- Y comenzó a limpiarle con un pequeño paño de fino algodón japonés -Perdón si arde un poco... la verdad es que me gusta más beber de esta "agua" que untármela cuando estoy herido... pero es cierto que ayuda mucho-