Una vez que Vela terminó de dar el reporte y de elogiar lo justo a quien había comandado la misión, los aplausos empezaron a sonar estrepitosamente; Arspica no supo exactamente quién inició, pero incluso los altos mandos expresaron de ese modo su satisfacción. La fémina se sintió abrumada de pronto por una sensación desconocida... Nadie en el Imperio emitía esa clase de elogios tras una difícil misión porque se esperaba de ellos que no hubiese ningún fallo sin importar las vicisitudes que se les presentaran en el camino; su desconcierto fue notorio para Gallow, quien la sostuvo del brazo como si leyera las intenciones que la piloto tenía de salir del lugar a toda prisa. Realmente el choque entre palmas era un sonido insoportable.