—Oh, eso... Yo... el señor Dragón me enseñó a caminar un poco más, pero aún me cuesta. De todas formas, debo volver pronto, estoy a nada de recuperar mi aleta.—

Musitó suavemente cuando la escuchó, sonriendo y luego mirando aquella peculiar esfera, ladeando la cabeza.
Sin duda no sería buena idea, no en ese momento, terminaría muriendo ahogado al ser prácticamente humano.