Sus tacones sonaban sobre el blanco mármol, dirigiendo un momento su mirada hacia su hija cuando escucho hablarle, claro que saco los celos de ella incluso podría decir que eran peores que los de su primogénita. Suspiro un momento estando en completa calma para el momento que fue trasportada a otro lugar.
── La mia bella ragazza, eres mi hija nadie ocupara ese
lugar te lleve en mis entrañas por lo que aunque estemos separadas estoy pues en ti esta mi sangre.
Era la primera ves que su pequeña se comportaba así, el gen corructep llega a presentarse de muchas maneras distintas a veces como un enfado sinsentido otras como un instinto mas posesivo como era este el caso; y sabiendo esto Viviana solo sonreía quedándose tranquila.
