Escucha a la joven a su lado, mientras poco a poco iba llenando aquella canasta con sus tan preciadas fresas. Giro un momento su rostro reconociendo aquel brillo en sus ojos “admiración con amor” —¡Oh cariño! No soy genial, pero es un grato alago proviniendo de ti pero solo soy yo vale ¿te parece? — No está acostumbrada a los halagos, dejando que poco a poco sus mejillas se encendieran cual farol unos instantes, dando unos pequeños golpes para que aquel color desapareciera. —Entonces ese joven es realmente importante para ti, es realmente hermoso eso explica aquellos aromas. — Tomo una fresa, llevándosela a la boca para comerla degustándola un momento.
