— Por algún rincón de mi habitación debe de estar todavía mi violín... Si quieres, después puedo tocar un par de piezas para ti. —se quedó viendo la fotografía por encima del hombro de Vik, recordando la última vez que había convivido con toda su familia biológica, aunque las palabras de su hermano lo regresaron al presente, formando una sonrisa amplia en su rostro— Eso es verdad, te he echado de menos, pequeño. ¿Tú has estado bien en este tiempo?