Sus ojos vieron con desconfianza al gato acaparador de su novia que no se movia de su lado aunque le echaran agua hirviendo.—
Tsk..—Suspiro cerrando sus párpados en busca de una paciencia inexistente en su ser y sólo por complacerla dejaría que la presencia gatuna estuviera con ellos.— Lo dejaré pasar por ti. —La sonrisa se planto en el varón pese a la seriedad que amenaba.— Tu eres mi san valentin, Vitya. —Reconocio con un ligero rubor que disimularia al voltear a ver los dulces que con esfuerzo hizo la castaña.—