—¿Ho-hola?… —preguntó al aire trémula; se desconocía si era por el frío o por los nervios. Remitía su mirada a todos lados dejando patente su inseguridad —. ¿Alguien h-ha visto a mi hermanito? Me dijo que nos veríamos en este lugar.
-Como era costumbre una vez de terminado su arte, partituras al azar que se entrelazaban entre si, buscó su móvil dentro de su chaqueta y así disponerse a sacar una fotografía para luego pasar su canción a una libreta en limpio. Entre medio, mientras buscaba el botón para activar la cámara, escuchó una voz familiar que lo hizo estremecerse y en parte asustar, ocasionando un pequeño salto de asombro y su célular cayó casi al instante.- ¡¿Ah?! -Se giró a ver a su pequeña hermanita, aún tratando de recuperarse de ese repentino susto.- ¡Ruka-chan! ¿Qué haces tú aquí? Ah... no me digas, ¿extrañabas tanto a tu hermano que viniste a buscarme? ¡Ahhh~! Eres tan buena niña. -Como siempre en su mundo, sin entender algunas situaciones y claro, dramatizando el momento, liberando una pequeña lágrima de emoción al mal interpretar todo.- No te preocupes Ruka-chan, tu onii-sama ya está aquí contigo.
