Claramente tú, llevar la ropa de ojos de halcón no es algo muy normal que digamos.

-entrecierra los ojos, intentando evitar escuchar los berrinches de la pelirrosa de manera fallida, pues al ser tan ruidosa se le escucha desde varias distáncias.

-se da media vuelta, observando a Perona con aquella mirada tan cómicamente enfadada, mientras que la reacción de este se mostró una completamente neutra-

La próxima vez que hagas uno de esos fetiches tuyos tan raros hazlo en la intimidad y te ahorras que te juzguemos por tu perversión.

-suspiró pesadamente y finalmente se marcha, sintiendo que estaba rodeado no solo de raros, también de bobos y pervertidos, con énfasis a pervertidos por parte de la pelirrosa-