— ¡A-Ahhh! — El inicio de aquellas fuertes estocadas en su interior le tomaron por sorpresa, aferrándose totalmente al borde de aquella ventana con sus manos, temiendo en un principio caerse. Sin embargo, le impresionaba demasiado la resistencia y fuerza del contrario gracias a su naturaleza espiritual.

No obstante, el horror invadió todo su ser al percatarse de que, al otro lado de la ventana, estaban sus acompañantes del coro, entonando cánticos en la catedral con sus impresionantes y bellas voces. Rápidamente, el ángel bajó su cabeza para no ser descubierto, mordiendo su labio inferior en un intento de soportar sus gemidos.

— Ni-Nilam...Ahhh...Ahhh...— Gemía en un volumen bajo, logrando ver al rostro contrario aún teniendo su cabeza baja. — N-No creo...Ahhhh...No creo poder resistirlo...Ohhh...Dios...Q-Qué rico...Mmmm...