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User1574767 · 36-40, M
Había quedado encantado con la aparición de los colmillos; notaba en el león la desesperación e impotencia por no poder hacer a su antojo las barbaridades que seguramente estaba pensando, por estar sujeto a su sumisión.
Vaciló. Por ver fascinado el brillo de odio en los ojos esmeralda , no vio la cola que azotó la piel de su mejilla y la enrojeció. Gruñó y lo miró con desprecio, pasando sus dedos por el ardor, pero no tardó en volver a torcer una sonrisa. Cómo le iba a encantar ver morir todo ese fuego bajo su mano. —¡Oh! No te lo has buscado, lo has pedido a gritos, Kingscholar.
Dándose vuelta, se alejó hacia la salida. —Si te gusta tanto dormir en clases, seguro encontrarás muy cómodo el suelo de esta oficina por los días que sean necesarios para reflexionar. —Sentenció, antes de salir y dejarlo en la oscuridad.
Vaciló. Por ver fascinado el brillo de odio en los ojos esmeralda , no vio la cola que azotó la piel de su mejilla y la enrojeció. Gruñó y lo miró con desprecio, pasando sus dedos por el ardor, pero no tardó en volver a torcer una sonrisa. Cómo le iba a encantar ver morir todo ese fuego bajo su mano. —¡Oh! No te lo has buscado, lo has pedido a gritos, Kingscholar.
Dándose vuelta, se alejó hacia la salida. —Si te gusta tanto dormir en clases, seguro encontrarás muy cómodo el suelo de esta oficina por los días que sean necesarios para reflexionar. —Sentenció, antes de salir y dejarlo en la oscuridad.
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