Ya había demostrado que a él no le parecía la manera tan pendeja de ser de Stan y los demás, prefería su aburrida rutina con sus amigos y Tweek, pero si su novio se sentía a gusto con ellos no iba a detenerlo ni a decirle nada, quedaba apoyarlo antes de que sacara precipitadas conclusiones del porque de su disconformidad con esos tres.

Aún y con lo anterior debía admitir que sentía cierta satisfacción en meterse en problemas, no por nada siempre terminaba en la oficina del Sr. Mackey¿?. Armar explosivos con el chico paranoico le daba una sensación de tranquilidad increíble y cada que él le veía le dedicaba algún cariño o sonrisa, terminando por voltear a ver a las otras personas restantes con una mirada amenazante y su ya patentado dedo medio.

A alguno de esos tres idiotas se les ocurría decir algo de los detalles que tenía con Tweek y les iba a arrancar las bolas.