━ ¿Qué tan amplias son tus tierras, Gil? ━ Pregunte en uno de esos momentos en los que ambos desfrutábamos de la paz y los lujos que tu gran castillo nos proporcionaba.

Volteaste a verme, luciendo aquella sonrisa tan soberbia y típica en ti, aquella a la que ya me había acostumbrado. Alzaste una de tus manos y señalaste por una ventana, apuntando más allá de aquellas macizas murallas que tú mismo te encargaste de alzar alrededor de Uruk.

━ Más allá de esas murallas termina Uruk, pero no mis tierras. Recuerda que todo le pertenece al gran rey, Enkidu… Mis tierras van más allá de donde alcanzas a ver. ━ Tras tus palabras bebiste de tu copa, y yo reí.

¿Quién podría culparte por aquella arrogancia cuando hablabas con la verdad? Todo le pertenecía al gran rey… Y si alguna tierra aún no estaba bajo tú mando, la conquistaríamos. Si algún tesoro aún no te pertenecía, lo tomaríamos. Porque juntos nos encargaríamos de conquistarlo todo, y hacer que todo fuera del gran rey, Gilgamesh.