-Tarde calida y pero agradable se encontraba en la aldea de arena,el sol ya su mitad antes de desender teñia el cielo de un hermoso anaranjado. Tiempos de guerra se avecinaban en la aldea,pero tiempos eran donde muchos llegaban encontrar una pizca de felicidad.Un pequeño pelirrojo se encontraba por los senderos de la aldea llevando consigo un brazo de madera, pero su paso era interrumpido al ver en el parque a un pequeño niño aproximadamente de la edad de el,al parecer construia un castillo de arena utilizando la manipulacion de la arena, al ver como se le destruye no evita acercarse- Incrible
El menor se encontraba utilizando su manejo de la arena cómo cotidianamente solía hacer, era una buena forma de esperar por el regreso de sus padres, aunque le extrañaba que tardasen tanto, usualmente era algo de pocas horas y ya, pero no recordaba la cantidad de días que habían pasado desde que los había vuelto a ver. Quizá era porque el trabajo de Kazekage tenía muy ocupado a su padre. Mientras su mente se mantenía distraída en aquellos pensamientos, pudo sentir el casi imperceptible movimiento de la arena del suelo, cómo si estuviese informándole que alguien más estaba allí. Por lo que rápidamente al escuchar aquella voz volteó su vista; Su padre le recomendó que nunca confiara en ningún desconocido por la cantidad de asesinos que andaban sueltos en la aldea.
—¿Quién eres?— Comentó ignorando por completo el cumplido del contrario, en un tono defensivo contenido en aquella pregunta.
