Hacer pocimas es un arte, una que ya parece estar por extinguirse debido a la complejidad.
Un gramo, solamente un gramo separa el éxito del fracaso, el dulce de lo acido, la vida de la muerte. En lo personal, no podría dejar de hacer algo como esto, el aroma, las texturas, todo es algo exquisito que no podría cambiar.
Volteo el rostro hacía la muchachita, un tanto curiosa por lo que podría referirse, mentalmente, Amelia medito al respecto de lo que podría faltar en esa pocima, aunque sentía que había puesto todo lo esencial.
Mientras lo pensaba, movió la cuchara de madera a un ritmo lento mientras se encargaba de hacer que el tamaño de la flama se redujera para comenzar con la preparación a fuego lento. [/code]
