Vaya, parece que el mundo ha cambiado. Ahora las personas que tienen poder para consumir la vida de otras se abstienen, y llegan incluso a negarse ese tipo de privilegios. Ninguno de nosotros puede vivir sin aquello, esa antinaturalidad es la que nos hace sufrir.
En todo caso es un placer haber cruzado caminos ¿cómo te llamas?