¿Mi qué? ¡Ah! Bueno... Ehm... como explicarlo... - Su miedo había pasado a ser sorpresa, literalmente hablando, de alguna manera ni pudo escapar y presintió que tampoco podría hacerlo, como siempre su curiosidad la había llevado de nuevo, demasiado lejos, pero el hecho de que esa cosa, mejor dicho de que el Cuarto Espada (que afortunadamente no se enteró de como usualmente le llamaba o capaz que la mataba ) le preguntara a bocajarro semejante punto, la hizo ponerse nerviosa, porque bueno, porque eso no se pregunta asi por asi, es decir que no se indaga o sea... Se estaba poniendo tan roja de las mejillas, como echa un lío en su cabeza y finalmente sonrió con una gotita en la sien, como si no pasara nada, a pesar de ser señalada por esos dedos culpadores - Bueno... digamos que tenemos mucho en común... ¡Eh! Mi alma no es negra, bueno, hasta donde sé. - Sin saber que decir, inquieta y nerviosa ante tan frío y raro juez -

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