-Tomó la mano izquierda de su Maestro, para poder acariciarla varias veces. Un gesto de cariño que le entregaba a el. Por lo menos intentaba ella misma levantarle un poco los animos al ver que estaba demasiado frío. Esa mirada imponente que trae desde sus ojos rojos. Es como si el Maestro fuera totalmente diferente al contar su historia. De momento ella permanece muteada para seguir escuchándole.-