Un aire de culpa se adueñó del ambiente admitía en sus adentros que se le había pasado un poco la mano y esta se había escapado de su control.
─ Lo lamento mucho Eva no pensé que se volvieran tan locas. ─ Ya podía atar cabos sueltos después de todo es malo subestimar a algunas mujeres. ─ Encontraremos tus zapatos antes de que llegue alguien de tu familia o un profesor.
Poso su mano sobre su cabeza dándole una pequeña caricia, revisando en los alrededores como si intentara descifrar ¿Dónde? Terminaron aquellos zapatos.
