—¡No quiero que me encierren otra vez! No quiero volver a ser prisionera, maldita sea. ¡Bien! Entonces me pondré en marcha, quiero terminar con esto rápido para que dejes de tratarme así con ese nombre tan horrible —estiró los brazos para desperezarse antes de ponerse en marcha. No tenía idea a dónde debía ir o si tomó la dirección correcta pero, por algo debía partir.