Una risa aguda, prolongada, compulsiva y penetrante al oído. No se callaba en todo el trayecto desde su celda en Arkham hasta el lugar de la negociación; no era para menos, se decía en los pasillos que Harley había puesto al alcaide de Arkham y a Batman en una situación de negociación. Por ende, el trastornado príncipe payaso del crimen fue movilizado en un camión SWAT. Golpeaba el vehículo en movimiento con su esposas, carcajeaba, se agitaba con violencia, solo quería molestar a los armados que acompañaban al de desfigurado rostro que tenía, además, una venda cubriendo sus ojos. ━ ¿Estamos jugando a las escondidas? Vamos, queridos, sé a donde vamos. Vamos a sus tumbar. ¿No es gracioso? ¡Vamos, chicos! no escucho sus risas! ━ Y volvía su frenética risa, esa incontinencia afectiva producida por múltiples factores y tics en toco su cuerpo, ¿cómo alguien podría estar tan alegre en semejante situación? Mofó con fuerza, ¿qué podría ser su arlequín? él era un narciso