Tienes suerte de no ser como yo. Zirconia a dicho que si no encontramos al Pegaso, volveremos al sitio de donde salimos. * Suspira con resignación hasta notar un toque demasiado confiado en su rostro, sonrojándose un poco, tornándose seria * ¡Oy! ¿Nadie te ha dicho que no se debe tocar a una dama? * Su semblante había cambiado, ahora le veía enojada y sin temor, se diría que en cualquier momento le golpeaba por atrevido *