El beso no era nada inocente, era lo más atrevido e invasivo que su inexperiencia podía dar. Besaba a su compañera de una forma ruidosa y húmeda, procurando dejar toda la baba posible en la boca de Izuki. Pasados unos segundos la dejo respirar, levantándose de la cama y yendo hacía la puerta.

— Mañana por la noche entonces~ . Ya te diré que haremos... — Le hecho un último vistazo a la chica. — Oh vamos Izuki, se que eres más que capaz de romper con facilidad esa atadura... A menos que quieras más~