— Hrrm, ¿Porqué será que los de nuestra estirpe siempre terminan aparte cuando realmente somos blanco de tantos? Nuestra sola existencia es contradictoria para muchos, y por eso muchos de nuestra sangre han muerto... Probablemente se deba al hecho de demostrar nuestra propia fuerza. —

Suspiró un poco recordando todas las "bajas" que tuvo la familia de Lia, y el como en muchas ocasiones inclusive algunos intentaron matarse entre sí. Era la norma en la raza al parecer, algo que quizá él pueda cambiar para con sus propios hijos gracias a la naturaleza de Riku y el entorno en el que las gemelas estaban creciendo. Sin embargo ante lo dicho, alzó su rostro, posando sus ojos carmín en Siegfried para así sonreír un poco y acotar.

— Ya he empezado a mover algunas cosas para evitar que mis hijas se conviertan en algo de lo que todos nos arrepintamos Sieg. Ahora mismo se encuentran allá arriba. —

Dijo mientras señalaba hacia el cielo que ahora comenzaba a estrellarse (