Senchou, como buen cociniero, penso en darle la bienvenida a todos los miembros nuevos de la tripulación con un gran festín. Había manentido todo en secreto, salvo por su ayudante estrella, Belfast, quién le ayudó con los prepaarativos finales para el festín. — ¡A todos lo miembros de la flota!, ¡Vengan, vengan!, tenemos sushi, sopa miso, dangos, onigiris, tonkatsu, parrillada y maricada, ¡Vengan vengan!. —
El comandante tomó asiento en una de las largas bancas tras tomar una copa de aquellas que ofrecía Belfast en la bandeja, sentándose justo en el centro pues deseaba poder observar a todos los miembros de la flota con facilidad. Dio un sorbo a su bebida notando el peculiar ardor del alcohol bajar por su garganta, sin saber precisamente que era lo que estaba tomando a pesar de su buen sabor.
- Bueno... Empezaré por la parrillada, necesito algo de carne y tiene muy buena pinta - tomó un par de brochetas y alambres colocandolos en su plato, así como un buen tazón de arroz para acompañar. Dando un bocado notó inmediatamente la explosión de sabores y lo bien que se sentía en su boca cada bocado, comer semejante exquisitez en una base militar debería ser considerado un exceso, pero sin duda era gracias a la diligencia del capitán que podían darse semejante lujo.
Sin embargo, notó que cierto personaje no se animaba a entrar del todo...
