Ni ganas de quejarse tenía cabe resaltar, y si tal vez su manera de llegar había sido bastante exaltada, pero no hizo daño alguno a la propiedad; bueno no que ella recordará.—Pues ya sabes estoy aquí.—Pronunció con suavidad y cuidadosamente para que su voz no se escuchara quebrada a la mitad, se abrazo por fin a si misma haciendo que pareciera aun mas pequeña de lo que ya era. Persibiendo el olor caracteristico de la sangre, sabiendo de ese modo que estaba pasando o a que trabajo se refería, mas no le importo, solo queria un lugar entre comillas aislado de todo. Volviendo a separar sus comisuras dejando escapar un sollozo que solo ella escucharía, afirmando a las palabras de Sanzu.—Esta bien, ve a terminar lo que iniciaste dd igual manera no pienso moverme mucho de aquí.—Procuro parecer lo mas normal posible pero temblaba al contener aquellas lagrimas, espero a escuchar la puerta cerrarse para llorar a solas.
