Eugeo estaba disfrutando de su tiempo, explorando las nuevas habilidades de su personaje de la raza suya, cuando una escena particular atrajo su atención. Sakata, estaba acostado en lo que parecía ser un gran cojín.

Se acercó con curiosidad, mirando a Sakata con una expresión atónita mientras se daba cuenta de la verdadera naturaleza del "cojín". No era un objeto en absoluto, sino la parte posterior de Sakata, que era considerablemente más grande de lo que Eugeo esperaba.

Por un momento, Eugeo se quedó sin palabras, sorprendido y un poco avergonzado por la situación. No quería parecer grosero, pero el "cojín" parecía tan cómodo...

Con un toque de rubor en las mejillas, Eugeo se acercó a Sakata, tratando de mantener su tono tan neutral y amigable como siempre.

—Eh... Sakata —comenzó, una sonrisa nerviosa en su rostro—. Tu... cojín se ve muy cómodo. ¿Te importaría si me acuesto un rato allí?