– Saitama no era uno de decir cosas que no sentía, o preguntar por cosas que no le interesaban. Nunca asumiría que la pequeña hablaría de ella misma en tercera persona. – Quebré el mío en el recreo. – Recordó, con la misma expresión vacía de emoción en torno a su infancia. Buscó en el cesto uno parecido a Solas, para entregárselo con una pequeñísima sonrisa en su rostro. Las buenas hazañas a veces lo contentaban. Particularmente cuando no tenía que partirle el alma a un oponente decepcionante. – >> JAJAJAJAJAJA