- Fingió una demencia que poco o nada fue creíble pues no estaba acostumbrado a mentir. Sin embargo la respuesta de sus manos elaboraban una muy bien dictada lista de cosas que se aglomeraban en su cabeza cuando le observaba: unos dedos que recorren su abdomen de forma suave ya casi acostumbrado al frío de su piel, pero que no quitaba mérito de lo bien que se cuidaba, y se elevaban lenta como peligrosamente al escote de la demonio aunque sus intenciones se mostraran claras de ir hacia su rostro; tal parece que tendrían que hacer "escala" en sus senos de seguir entonando ese destino.- ||