Para quien ya estaba acostumbrado a los arranque y cambios de personalidad de la demonio, no le tomó por sorpresa aquello. Incluso con el largo del tiempo ella misma había "entrenado" al chico para desistir de otorgarle su total confianza, saber reaccionar con mínimo tiempo de coaccionar ideas y hasta su velocidad. La resolución se produjo cuando este, como el pilar; desenfundó su Katana rápidamente con la mano derecha, apoyándola la zurda luego cuando se extendió hacia arriba con el largo de sus brazos. Dobló los codos para tomar un impulso más del ataque que estaba maquinando.

— Hinokami Kagura - ¡Enbu! —
El acero prendió en llamas; unas que brillaban y ardían con la rabia del sol, mismas que ayudaron a potenciar el tajo horizontal que sirvió con la eficiencia para rasgar la tela por la mitad y salir avante del ataque. A comparativa de su contrario, este desistió de lastimarla y se rindió a la defensa simplemente, pero la concentración de su mirada confabulaba -