Mientras proyectaba una amplia gama de energía solar contra el inmenso pecho de Juggernaut, Cíclope sintió el sabor metálico de la sangre que escurría de sus labios. Aún le costaba respirar, y ello no era mas que una señal de que algo se habría reventado en su interior. Mantenía un brazo unido a su abdomen, apretaba los dientes conforme intensificaba la fuerza de su poder. Wolverine se levantaría y contraatacaría con todas sus fuerzas.

— ¡Ve por la izquierda, Wolverine! — Espetó con una voz ronca y la boca ensangrentada. Escupió una mezcla de sangre con polvo hacia el piso. Las indicaciones no se hicieron de esperar y su compañero salió disparado hacia el gigantón, juntos lo lograrían. Apenas encontró un punto que no dañara a Wolverine, Cíclope reunió todas sus fuerzas para intensificar la potencia de su rayo óptico que, es esta ocasión hizo más que sólo hacer retroceder a su rival; lo hizo volar por los aires levantando nubes de polvo y por todas partes salían volando escombros. —