Hace mucho tiempo que no dormía sobre el césped y la vegetación del bosque. Se sentía renovado mientras las runas de su cuerpo se mantenían activadas para sanar sus alas rotas. Seiryū se quedó enroscado entre las hojas, calentito y camuflado mientras se mantenía apesumbrado. Por lo menos hasta que elevó su cabeza y bostezó. La vista siempre es hermosa cuándo el sol se cuela entre los árboles, el amanecer en el bosque... Sin duda es Inefable. ── Hoy será un buen día.-