Dentro de la mentalidad de Kendo, ambos serian guerreros que compartían destreza y agilidad al atacar y moverse, obvio que en fuerza ninguno se quedaba atras. En ese entonces Kendo admira esa velocidad de reacción, al ver que la coneja esquiva bien la primera bala, sin darle tiempo, nota como ahora su brazo cae preso entre los miembros superiores de la morena, intenta safarse pero nota un buen amarre de fuerza entre sus brazos.

— Tch...¡Condenada!

Se quejo pero lejos de mostrar disgustos, se da cuenta que la coneja era alguien que aprovechaba los espacios para pelear, pero su admiración llego a cortar al sentir esa buena ráfaga de rodillazos en su abdomen cada uno de estos impacto le daba de lleno en el recto del musculo, ligamento y la espina ilíaca, no tardo en escupir salir de su boca mientras que cada parte de su musculo comenzaba estrujarse por los dolores, aun asi el espero, entre la fuerte rafaga cerrando un como si esperara una brecha.

En ese entonces lo vio...