Aunque queremos estar lejos el uno del otro parece que volvemos a necesitarnos de alguna manera, buscar aquello que se perdía en el olvido, a rescatar esos sentimientos tan extraviados.
-Se alimenta de su alma, pues lo que vive con el no es algo meramente físico, excede todas las pretensiones de su mortalidad. Su lengua llena de añoranza lo envuelve, lo devora, hasta conquistarlo en el plano del deseo, dejando una marca en su interior que era percibíble como un sabor azucarado, cual ahora reina entre ellos.-
Ese sentimiento ya no podemos impedir que crezca, pues no nos obedece, y ya no está a nuestro alcance detenerlo .