Pase lo que pase, no me moveré de aquí. Puedo tardar, puedo dudar, pero no dejaré que esa duda pase al verbo. Yo también debo mostrar que soy capaz de estar en el insidioso umbral solemne de la adversidad, yo te acompañaré hasta las puertas del infierno; y he de ser, no, hemos de ser demonios para el mundo si así lo desean.