-En la aristocracia, nunca le sorprendió tanto el gesto de beso en su dorso como en esta ocasión, acto nacido de un hombre que no usa esas formas, ni maneja esas sutilezas.-
[code]Heero, no seas tonto. Todo este tiempo has dejado que tu corazón hable por ti.
Siempre que piloteaste fuiste honesto, no soloreciboas órdenes, yo creo que lo hacías por gusto también, sino, no se te hubiera visto tan emocionado incluso sonriente en casos puntuales.
¿De verdad quieres saber que te pediré? Y si está en tu mano ¿realmente lo harás para mí?[/code]