Al ver como un desconocido, salía de las ruinas del lugar, Romine se puso automáticamente en guardia, no porque este mostrase ser un peligro o algo parecido, pero al llevar poco tiempo fuera del reino, hacia que ella estuviese en un estado constante de alerta.

Por supuesto que sus acciones no eran obvias, pues lo único que hizo, fue activar un hechizo de forma pasiva, el cual consistía en protegerla de cualquier ataque que llegase a intentar ir contra ella. Mientras realizaba aquel hechizo con éxito, la joven únicamente dio una reverencia, acompañada de una gentil sonrisa. — Es un placer conocerle, Sir.Bael. Mi nombre es Romine, princesa de Unther. — Expreso con total honestidad, esperando así averiguar las intenciones del caballero. — ¿Se puede saber que hace usted cerca de estas ruinas?, ¿acaso también viene a investigar? —