(…) De repente, aquella concentración fue irrumpida por un sonido inusual en el entorno, el cual, a pesar de haberse escuchado en un lapso corto de tiempo, las orejas de la joven alcanzaron a oírle con claridad. Cayendo en estado de alerta, guardo su libreta y su pluma en su bolsillo, y con cautela, comenzó a dar algunos pasos hacia el frente. — ¿Hay alguien aquí? — Pregunto de forma firme, y mostrando valentía en su tono de voz, pues sin importar de que se tratase, sabia de sobra que debía sobrellevarlo de manera firme para evitar algún final trágico.