— Nana-san... — Respondió con la voz entrecortada, y lagrimeando un poco, pues se sentía verdaderamente afortunada de contar con la amistad y compañía de su amiga, algo que sin dudas era difícil de encontrar en las calles de Night City. — No te preocupes, Nana-san. Jamás haría algo que pudiese en ponerte en riesgo. Es cierto que no me gusta la situación actual de este lugar, pero creo que puedo estar tranquila siempre y cuando la gente que aprecio no salga lastimada. — Tomando asiento a la par de Nana, tomo cuidadosamente la tetera, y sirvió un poco de agua caliente en dos tazas. — ¿Revisarlo?, ¿crees que Gummy se sienta mal? — Pregunto un tanto preocupada, mientras observaba al minino; sin embargo, este parecía bastante tranquilo, llegando incluso a recostarse en una de las sillas del comedor. (...)