—¿Alguien cercano a ti murió? — acomodo todo en la mesa mientras la esperaba, el olor no se hizo esperar así que inundó el departamento de un agradable aroma hogareño, algo que quizá ninguna de las dos había conocido antes, antes de todo ese cromo y tecnología.—Oh... un animal y parece real. ¿De dónde lo sacaste? — observo al pequeño gato que se frotaba contra sus piernas, se agachó para acariciarle la cabecita, un acto reflejo quiza. Le acaricio por detrás de las orejas, y el animalito se revolcó contra el suelo, Nana se sorprendió un poco mostrándolo en una sonrisa pequeña pero adorable en su semblante. —Es igual de enérgico que tú
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