« Back to Album · Next »
This page is a permanent link to the comment below. See all comments »
PetraRall · F
-La pelinaranja no surcía los labios con esas suaves palabras incrustadas en esos delgados plexos. Su voz inexistente como su presencia ya "ida" estaba corroída por tanta frustración, y entre tanta mala racha renacía esperanza ilusoria, pero tan brillante como esos botones celestiales que despedían fulgor en los cielos opacos.
Su pecho, lleno de incertidumbre latía, componía, quizá la más agonica sinfonía. Tan breve desfallecimiento merecía el susurro de la noche, sí, esos pequeños grillos cantar, ese velo de las hojas estremecerse con brisa, esos buhos en sus interminables guardias relacionando sus sonidos con vida. Sí, aquel panorama lleno de composiciones naturales traían su espíritu derrotado a la vida, vivificado, exaltado con el aroma a menta de los gigantes eucaliptos. Fue ese el somnífero que llevó a la mujer a conciliar un dulce y tierno adormecimiento, esa anestesia nocturna pausando su pecho. El brazo de la noche la acunaba y así protegía a la semejante
Su pecho, lleno de incertidumbre latía, componía, quizá la más agonica sinfonía. Tan breve desfallecimiento merecía el susurro de la noche, sí, esos pequeños grillos cantar, ese velo de las hojas estremecerse con brisa, esos buhos en sus interminables guardias relacionando sus sonidos con vida. Sí, aquel panorama lleno de composiciones naturales traían su espíritu derrotado a la vida, vivificado, exaltado con el aroma a menta de los gigantes eucaliptos. Fue ese el somnífero que llevó a la mujer a conciliar un dulce y tierno adormecimiento, esa anestesia nocturna pausando su pecho. El brazo de la noche la acunaba y así protegía a la semejante
Add a comment...