El azul del cielo esparce su alcance sobre toda la creación. Un paraíso que no era territorio humano, pero si explorado por guerreros valientes, guerreros de toda clase y casta, de todos los lugares del mundo y convergen justo aquí, en el corazón de este bosque.
Todo se ilumina de la luz, propia de un halo celestial, llenando la inmensidad de claridad suficiente, aunque el bosque gigante era una excepción, ahí reinaba el misterio. Los árboles arremolinandose y escalando hasta rasguñar el cielo estremecen con su altura, cautivan y coronan ese espacio abierto lleno de verdor.
1 *Siendo tan pequeña, Eve es similar a un suave almohadón o una bolita de algodón que brinda calor. Junto a Petra se acunó como la niña que es aún, cerrando paulatinamente los ojos hasta que escuchó las palabras de la joven, nuevamente la culpa y la conciencia vuelven a traicionar.-Las estrellas en el cielo son como migas de pan que te llevan al mundo de los cuentos y los sueños, espero ellos se encuentren ahí. -Dijo alzando su mirada y viendo aquel tintinar de las inmensas estrellas que adornan el bello cielo iluminado con esas estrellas de diferentes tamaños. Era una dura lección, su inocencia no podía dar crédito al verdadero horror que marca a la humanidad, incluso la crueldad del humano hacia sus semejantes. Sus ojos nuevamente se inundaron de lágrimas, abrazando a la chica quién sirve de soporte emocional y mentora de la niña. Poco tiempo pasó para que la menor se tranquilice y caiga en brazos de Morpheo, iba a ser una larga noche.-
