1-Espero con paciencia a la llegada de la muchacha sin doblegarse ante la curiosa joven que se movía con ágiles movimientos gracias a un arnés que lleva consigo.- Cham Cham no será enemiga.-Asintió levemente esbozando una dulce sonrisa, siempre mostrando ésa característica amabilidad.-Cham Cham proviene de un pueblo conocido como el Verde Averno, una pequeña ciudad de grandes estructuras antiguas que mis ancestros construyeron bajo el yugo y mandato de nuestro Dios y padre Quetzalcóatl. Estoy segura que he llegado muy lejos gracias a nuestro querido padre Huitzilopochtli, el Dios de la guerra que nunca abandona a sus hijos en los momentos más difíciles y oscuros. -Carraspeó un poco su garganta, filtrando su mirada en la pelinaranja.- Sinceramente, Cham Cham no te ve como enemiga, tampoco lo desea, porque es aquí y ahora cuando los hijos de Madre Tlaltecuhtli debemos pelear. Todos venimos de paso y regresamos a ella como ceniza.