Uno, dos, tres, siempre el mismo patrón. Sus suaves nudillos golpeaban la ventana de una habitación en un complejo departamental en la ciudad de Old York; por supuesto, en un universo totalmente diferente al suyo donde la vanguardia y el modernismo estaban presentes en todo momento. Sus estructuras collage y el pop art deslumbraban a cualquier visitante de la alocada dimensión. El porqué estaba ahí era algo molesto; como miembro de la sociedad arácnida debía asumir los deberes y tareas que Miguel O'Hara; el Spiderman número 2099 CEO del escuadrón multiversal más grande de héroes arácnidos, encargaba al joven hindú. Era algo muy loco, llevaba poco tiempo siendo Spiderman y casi al instante fué contactado por la agencia. Como no conocía para nada el lugar donde estaba tomó como guía esencial a Lyla; la inteligencia artificial que residía en su reloj.
El objetivo de la misión era reclutar a un spider de lo más rebelde y estridente; según las propias palabras de Miguel, se trataba de Hoba