Hubieran podido jugar mucho con en naranjo, pero ellos no contaban con la habilidad de la joven a quien llevaban casi inconsciente, las mariposas... Si, esas mariposas que son parte de ella son las que revolotean libremente una de estas esta volando por sobre el techo, justo donde el joven naranjo salió por aquella ventana, confundido, sin saber donde mirar e ir, pues era un juego cruel en las que creyeron que no tendría ventaja, pero estaban equivocados.
Aquella mariposa rápidamente comienza a moverse siempre hacia una misma dirección, intentando que entendiera a donde mirar, pues a la distancia había otra marcando la dirección por donde había escapado, como una señal viviente por donde debía ir... solo, seria cuestión de que este fuera rápido.