Adam se hizo el de oídos sordos, continuo caminando en dirección a la entrada. Los otros varones se rieron entre ellos, uno en específico que era el líder del grupo se acercó dejando su cigarro al suelo tomando del hombro a Adam.

- Hey, muchacho, no seas grosero, te andamos hablando.

El azabache le retiro la mano enseguida de un manotazo mirando al que era cinco dedos más alto.

— No amigo, no estoy interesado.
- Está a buen precio, puedes comprar y llevarla dentro, así conquistas a algunas chicas, con esa cara de niño bonito seguro se te hace fácil tener a la que quieras

No quería discutir, se iría a lo pacífico, Adam sonríe forzado negando para nuevamente darse la vuelta.