Su explicación tenía sentido, la vida era extraña y prefería vivir el día a día con Noriko, claro que se aseguraría de estar con ella, ni loco dejaba ir a esa chica.

— Me gusta la combinación que somos

Le toma de las manos dejando caer el marcador al suelo de forma significativa.

— Al menos conoces mis deseos y en esos deseos faltó algo adicional.

Toma el marcador de ella y dibuja una hamburguesa.

— ¿No se te antoja?

Sonríe como campeón al mirarle, no quería ser un cursi empedernido pero si quería que ella se sintiese segura con el, elevó aquella mano de ella dejando un beso en su dorso.

— Quiero una hamburguesa y comerla contigo, Nori chan.