Las reinas conquistamos y gobernamos con inteligencia y amor. Una verdadera reina, jamás marcaría como suya una persona, en la libertad se encuentra el verdadero amor y lealtad. Si la das y la obtienes es porque te la has ganado, si dudas, es porque crees que algo haces mal.
Y yo, soy una verdadera reina, la faraón de Egipto, confío en mis proezas, mi inteligencia y belleza, no tengo porqué desesperar.