El abrazo fue bien recibido, y claro, correspondido, pues la rodeó con poco más de fuerza de la normal, dándole también un par de besos en cada mejilla, sosteniendole luego los mofletes, tal y como haría cuando eran niños— Entonces valdrá la pena conocerlo, si él ha logrado ponerte así, debe ser un buen tipo. Más le vale... —susurró lo último con un sobreactuado tono de amenaza y celo fruncido, tomándola luego de la mano para echar a andar por el corredor de la parte trasera del teatro donde acordaron encontrarse, lugar donde había estado ensayando para un recital— ¿Cuánto tiempo llevan saliendo?